Sabía, por ejemplo, que la afirmación amorosa del tipo más peligroso como amante consiste en negar en todo momento la existencia del amor, en no dejarse amar; pero sabía también que algo en ese tipo, en su tranquila voz sin historia, en sus agudos y sarcásticos ojos y en su manos egoístas y rápidas, sugiere al mismo tiempo que no está aquí para otra cosa que para ser amado.
("Últimas tardes con Teresa", Juan Marsé)
No hay comentarios:
Publicar un comentario